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Los niños y adolescentes en edad estudiantil se centran de septiembre a junio en estudiar y obtener buenos resultados. ¿Qué ocurre de junio a septiembre? Las esperadas por ellos (y temidas en muchos casos por los padres) vacaciones de verano. A medida que se acercan, es momento de planear sus actividades y cómo compaginarlas con la vida laboral de los progenitores. Apuntar a los hijos a un campamento de verano en Madridcomo el que organizamos en Sonrisas es una opción cada vez más buscada tanto por ellos mismos como por los padres.  

Desde Sonrisas, donde ofrecemos todo tipo de actividades a particulares y entidades desde hace más de 10 años, hemos detectado que algunas personas tienen ciertas dudas sobre si los campamentos de verano son tan beneficiosos para los niños y adolescentes como se dice. Con el objetivo de subsanar todas sus incertidumbres, a continuación les presentamos a todas ellas unas razones de peso por las que sí lo son.

¿Por qué es bueno acudir a un campamento de verano?

  • Es divertido. Disfrutar del verano y realizar todo tipo de actividades, tanto individuales como en grupo, en un sitio cerrado y al aire libre, es el objetivo principal de este tipo de campus. Vivir experiencias hasta entonces desconocidas es uno de los factores decisivos por los que los que quienes prueban, repiten.
  • Se ganan valores. Al convivir con otros niños, ya sea a tiempo parcial o completo, se aprende a compartir, a dialogar, a escuchar, a cooperar y un largo etcétera.
  • Se desarrollan nuevas habilidades sociales. Adaptarse a la situación es primordial en estos casos para disfrutar al máximo de la experiencia. Se trata de algo muy positivo especialmente en jóvenes tímidos a los que les cueste interactuar con otras personas.
  • Se gana en independencia. A menudo, los hijos se acomodan a estar bajo la supervisión constante de los padres, por lo que no desarrollan ciertas actividades ni decisiones por ellos mismos. Al separarse durante un tiempo, aprenden a decidir de manera autónoma.
  • Se desconecta de la tecnología. En nuestra sociedad actual estamos en constante contacto con móviles, ordenadores, tabletas y, en definitiva, tecnología. En un campamento se realizan actividades al aire libre, en plena naturaleza, gracias a lo cual aprenden a valorarla.
  •  Es bueno para los padres. Sí, no podemos ocultarlo: los padres también tienen derecho a salir de su rutina y dedicarse unos minutos, horas o días para ellos mismos. Ya sea para organizar una escapada, una cena o simplemente para descansar, que los hijos acudan a un campamento les ayuda a ganar tiempo para ellos.

Comprueba por ti mismo por qué acudir a nuestro campamento de verano será una experiencia digna de repetir.